lunes, 11 de febrero de 2008

HISTORIAS SAGRADAS

JOSUE ***

Maravillados, estupefactos quedaron los hebreos, cuando Josué ordenó al sol detenerse y el sol obedeció.

El sol es un astro inmóvil, por lo que como ahora sabemos, la que se detuvo fue la tierra; dicen los científicos. Sin ninguna duda, para ellos lo que se detuvo fue el sol, y se detenía en un momento importante de la batalla, si el sol se ponía, no habría suficiente tiempo para derrocar al enemigo, por lo que se ve con naturalidad, y no había otra razón lógica como para encontrar extrañas explicaciones a semejante suceso. Josué estaba bajo la acción Divina.

Muchos comentarios corren a través de los siglos, inclusive propios del tiempo, como el caso de la relatividad; Einstein volviéndose loco para explicarla, e inclusive hoy cuesta entenderla. Siempre se habla de este tema como de fundamental importancia, y en esto se nos va la vida, con la condición de ser absolutamente mortales, con lamento para muchos, en cambio otros ignorando y dejando que corra la vida, sutílmente dejar esta vida tan penosa que le ha tocado en suerte vivir, por eso se dice que la muerte nos iguala a todo, con ella no hay discriminación posible, todos morimos, tenemos un tiempo medido.

Estudios recientes se realizaron sobre este tema donde se manifiestan sobre las dimensiones científicas, las implicancias infinitas del tiempo, por demás discutido y reconocido, como tema de mucho peso teórico. El tiempo que corre y en realidad, esa tierra que gira y gira alrededor del sol, atraída por fuerzas increíbles, sin el mínimo error, con la contundencia real de la perfección, y sigue siendo la estructura donde se funde el misterio mayor de la humanidad, obra magnífica de un Ser extremadamente omnipotente, que se caracteriza por el sentido de ubicuidad que imprime en sus actos, no tan lejanos, contemporáneos y recientes, que se descubren a menudo día a día, sobre los adelantos de la ciencia.

Increíble; pero sobre la posibilidad de detención de la tierra, como lo que en realidad ocurrió; es algo que los historiadores buceando en el tiempo pudieron detectar que existe un día en la historia universal de la existencia humana, que no se puede detectar hecho de relevancia, ningún suceso especial que haya podido registrarse, no obstante, en todos los días de la historia, han quedado marcados como si fuese una marca de fuego. Pero existe ese día especial, fuera de lo común, un número en el calendario de la vida del planeta, que se ha ocultado de la existencia, y así fue; nada ha ocurrido, nada que pudiese registrarse y ese quizá haya sido el día que Josué detuvo el sol como creyeron los hebreos.

Un salto en la historia de la humanidad, un hiato lleno de incógnita que inclusive con todos lo adelantos científicos existente a la fecha, no se ha podido descubrir, lo que realmente ocurrió, pero fue para maravillar a los hebreos que estaban con Josué.

Josué es un guerrero, personaje absolutamente valeroso en la historia bíblica que incluye la participación activa en la tierra prometida de este ser que ha tenido nada menos que reemplazar el liderazgo de Moisés, conquistar de todos modos las ciudades y poblaciones, que estaban en la tierra que Jehová había destinado para el pueblo de Israel.

EZEQUIAS

2 Reyes; 20

Maravillosa la profesión de fe manifestada por Ezequías (que hizo lo recto ante los ojos de Jehová), al anunciarle Jehová mediante Isaías, Ordena tu casa , porque morirás, y no vivirás.

Entonces Ezequías volvío su rostro a la pared y oró a Jehova y dijo:

Te ruego, oh Jehová, te ruego que hagas memoria de que he andado delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho las cosas que te agradan. Y lloró Ezequías con gran lloro.

Y antes que Isaías saliese hasta la mitad del patio, vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo:

Vuelve, y dí a Ezequías, principe de mi pueblo: Así dice Jehová, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano; al tercer día subirás a la casa de Jehová.

Y añadiré a tus días quince años, y te libraré de ti y a esta ciudad de mano del rey de Asiria.

En el mismo relato Ezequías había dicho a Isaías; ¿Qué señal tendré de que Jehová me sanará, y que subiré a la casa de Jehová al tercer día?

Entonces el profeta Isaías clamó a Jehová; e hizo volver la sombra por los grados que había descendido en el reloj de Acaz, diez grados atrás.

Tales relatos no deben sorprender en las sagradas escrituras, debido a que se encuentran esparcidas a lo largo de sus historias, como ocurre en el libro de Isaías, cap. 38, en tiempos del Rey Ezequías, cuando enfermó de muerte y que el mismo Rey orando a Jehová con profunda fe, el poderoso oyó su ruego y le extendió quince años de vida.

Como señal de que Jehová cumple con lo que ha dicho. Jehová hace volver la sombra por los grados que ha descendido con el sol, en el reloj de Acaz, diez grados atrás. Y volvió el sol 10 grados atrás, por los cuales había descendido. Escritura de Ezequías rey de Juda, de cuando enfermó y sanó de su enfermedad...

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